jueves, 6 de noviembre de 2008

Otoño

Con permiso, y debido a que la única copia de este documento la tienes tú, Luis, lo pongo en mi blog, pensando en aprovechar y hacer también publicidad de mi blog en clase. Ha sido desconcertante la reacción de Don Elías. Más publicidad, y ahora algo de mi propia cosecha.


Un domingo cualquiera por la mañana. Me dirijo al mismo banco en el que todos los domingos leo el periódico. Los titulares me ofrecen la derrota de mi equipo. Es otoño, otra vez, es por estas fechas cuando empiezan las lluvias y las nevadas en gran parte del país. Cuando las hojas de los árboles se amontonan a mis pies confiriendo a la plaza una alfombra de tonos marrones. El cielo gris acompaña a los sentimientos que me invaden.Dejo de leer la dura crítica del partido, en la que este periodista plasmó su inteligencia en dos páginas repletas de verdades y pocas fotos del partido.De repente, me centro en mis problemas. Mis pensamientos son una maraña de letras y palabras, de fechas y lugares, de cosas que tengo que hacer y de otras que desearía poder hacer.Es temprano, aún no se oye ningún coche ni se ve a nadie paseando por la calle, excepto algún trasnochador que camina dando tumbos.Pienso en rendirme,en dejar de existir, en no pensar y dejarme llevar por el ajetreo cotidiano.
Pero luego levanto la mirada, y me encuentro con aquellos ojos, esos ojos que me miran sonriendo detrás de una fina cortina marrón.
Pienso en ella como un sueño, una posibilidad entre un millón y no tengo siquiera la certeza de que sea real.

Continuará...

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